viernes, 25 de febrero de 2011

¡Ooooooooommmmmmmmmmmmmm!

 Llevo un par de días pensando en nuevas metas para hacer mi vida más completa…Una de ellas, por supuesto, es realizar nuestra crónica semanal de la revista “¡Hola!” y mi militancia en la APIA, pero …en realidad no tengo ningún propósito más…

Se me ocurrió llamar a mi amiga Lala, que me sugirió que me apuntase a su grupo de meditación oriental…Al principio le dije que no…Se empieza meditando al estilo oriental y terminas vestida de naranja, calva y con una pandereta cantando por las calles…Lala me aclaró que para nada era así, que eran temas relacionados con el “aura” de cada uno…"¿Aura? Parece que no me conoces, querida. Yo no tengo aura ", le contesté indignada. Claro que luego me tuvo que aclarar que el “Aura” no es un modelo nuevo de Skoda…

Total…Que ayer fui…Y desde luego que fue un fracaso total…Me quedé alucinada con el “teacher” ( que le llaman Yogui…Si, si…Como aquel oso de los dibujos…) que era un barbas lleno de “piercings”…Tuve mi primer ataque de pánico…¿Sería necesario perforarse las cejas y la lengua para meditar mejor? ¿Eran los “piercings” una especie de parabólicas para conectar con el lado espiritual de cada uno?  Levanté la mano para preguntar , pero Lala me agarró del brazo y “abortó mi operación”…

Después de la polémica porque querían que dejase a mi pobre Tom fuera esperando( y mi pulpito es muy miedoso), me hicieron apagar mi I-Phone,  y luego pretendían que me pusiera una especie de chándal para estar cómoda y al parecer meditar mejor…Al final el “teacher-con-nombre-de-oso” comprendió que para mi no había nada más cómodo que mi vestido de Pucci y mis Loubotin…Cual fue mi horror, cuando el “teacher-con-nombre-de-oso” me indicó que me sentara en una esterilla…¡Pero bueno…! “¿Y tu quieres que esté cómoda?”…¡Será imbécil! Para eso hubiera necesitado mi sofá de Roche Bobois…

Empecé a meditar…¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos? ¿Por qué la ropa de marca es tan cara…? Pero no lograba concentrarme con la musiquita esa de bandurria desafinada…Así que le dije al “teacher-con-nombre-de-oso” que me iba…Y el muy ignorante me dijo que mi “karma” no era bueno, le dije muy digna que no era un karma, que era un “Alma” de Louis Vuitton y que por supuesto era auténtico…Di un portazo y me fui…¡Hasta aquí! ¡Ja!

Así que creo que me voy a centrar en una meta algo más tecnológica. Si , querid@s, voy a aprender a poner la lavadora. Si Lagerfeld puede, yo también.



4 comentarios:

  1. Ommmmmmmm...yo no puedo con la tonteria asociada al rollo mistico, no puedo. Pero he de decirte que he llegado a encontrarle el punto a unos buenos mantras en el momento oportuno.

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja, veo que no soy la única que el “espíritu místico” no le funciona.

    Me apunté con una amiga a clases (igual que tú) su insistencia en ello fue tal, que pensé en darle el gusto e intentarlo.
    Me disfracé con un chándal (prenda que no me había puesto desde el instituto) y comenzó todo el protocolo para la clase.
    El “maestro” era un señor flaco que se había quedado colgado en la happy flower.
    Comenzó la clase, sentadas como indios con mi amiga y un grupo de señoras (todas éramos mujeres) dispuestas en circulo.
    “Desconecten su mente, no piensen en nada, fluyan…” y al igual que de una película me vino a la mente la compra, la lavadora, un reunión, unos muestrarios de telas….toda mi agenda paso por mi cabeza en ese momento y no podía parar. ¡¡¡Desconecta, desconecta…!!!
    No sé cuanto tiempo pasó, por el rabillo del ojo miraba a todas aquellas mujeres con los ojos cerrados, ¿meditando?
    Al momento comencé a oír como unas oraciones, sería un “mantra” pensé, agudicé el oído y oí: “bocadillo de anchoas, bocadillo de anchoas, bocadillo de anchoas….”
    Os podéis imaginar la risa que me entró, sin hacer mucho ruido, salí y nunca más volví.
    Mi amiga me lo echa en cara cada vez que puede y a mi igual que ahora solo puedo que entrarme la risa floja jajajaja


    Saludos afectuosos Cristina.

    ResponderEliminar
  3. A mí es que la meditación me pone más nerviosa. Tanto inspirar/espirar me hiperventila demasiado y estoy al punto de la expiración.Otra de las cosas que odio es el olor a incienso ese que se pone para dar ambiente. En mí, lo único que consigue es un revuelto de tripas, que pa´qué.

    A mí, para relajarme, dame ese sofá de Roche Bobois y asocialo a vaguear... como nueva!

    Moon

    ResponderEliminar
  4. Querias, gracias por vuestro apoyo y comprensión...Empezaba a pensar que era rara...Ya os contaré mis progresos con la lavadora.Hoy he conseguido abrirla...¡Es un comienzo!

    ResponderEliminar